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La felicidad se ha convertido en un bien de consumo que se consigue comprando objetos, persiguiendo ideas o pronunciando oraciones y mantras.
Sin embargo, la felicidad conseguida de esas maneras no sirve para alimentar a la consciencia, sino al ego. Por ello se hace necesario comprender que la verdadera felicidad no se puede conseguir fuera de uno mismo/a, sino dentro, ahí es donde hay que aprender a crearla, a despertarla.
Hablemos de ello.