Otra vez tengo ganas de llorar; bueno, ya sabes, no son exactamente ganas de llorar, que también, son ganas de aniquilar a quien se me ponga por delante. Me molesta todo lo que pasa ahí fuera. ¡¿Qué digo ahí fuera?! me molesta estar en esta piel, me molesta sentir, respirar, ver. Otra vez me molesta este cuerpo asqueroso que odio, arrastro y que es una condena. Todo es negativo, digno de ser destruido. ¿Cómo puede ser la gente tan terriblemente odiosa? ¿Cómo pueden ser así y decir y hacer esas cosas? Pero criatura ¿no ves que no tienes razón? ¡Ay, Dios mío! No soporto a mi pareja ¿tendré que acabar con esta relación sin sentido? ¡Uf! estos hijos son insufribles, maldita maternidad, maldita la hora… Maldito todo. Quiero silencio. ¿Quiero he dicho? Ne-ce-si-to silencio, necesito espacio, soledad. ¡Desapareced todos, por favor! Me duele la cabeza; bueno, no sé, no es un dolor, es como una presión hacia dentro y hacia afuera. Me gustaría detonarme cual bomba nuclear, lo veo, lo presiento. Voy a explotar… difícil de explicar y más de entender ¿no? No sé cómo puedo estar tan triste de repente, hace dos minutos y dieciséis segundos hubiera iniciado el holocausto. ¿Qué pena todo, no? ¿Todas esas personas sufriendo por este mundo? No puedo parar de llorar. Esta mañana he visto un vídeo de unos bebés gatitos y no sé por qué una gran tristeza me ha embargado. ¿Pobrecillos, no? Cuanta ternura, los voy a adoptar a todos… Pero bueno, ¿qué me pasa? Tengo un poco de hambre. Pensé que una ensalada fresca me sentaría bien, pero el medio kilo de espaguetis con nata y queso derretido me ha sentado estupendamente. Creo que aún me cabe un postre de chocolate. ¡Ay! Empiezan los calambres en el abdomen, quizás las lumbares o el bajo vientre. A veces me tiemblan las piernas, otras creo que voy a vomitar, me molesta la luz, me duele la barriga. ¿Me estaré muriendo? Seguro que es cáncer. ¡Ay! Me muero. Tendré que dejarlo todo preparado…

¡Maldición! ¡Me acaba de bajar la regla! Y yo en el trabajo, con pantalón rosa y nada que ponerme; voy a ver si la compañera tiene algo para darme. Pero discretamente, no se vayan a dar cuenta los compañeros, aunque con esta mancha en el culo será difícil. Qué vergüenza. Me quiero morir. Seguro que se me nota en la cara. Tendré que ir a casa a cambiarme de ropa, otra vez.

Bueno, al menos me siento algo mejor. Que exagerada soy… anda que querer matar y salvar a la Humanidad a la vez, qué cosas tengo. ¿Y lo de los gatitos? Pues no es para tanto, es que me pongo muy ñoña yo… Siempre me pasa igual y luego nunca me acuerdo: cada vez que me tiene que bajar la regla me descontrolo.

¡Alegría! ¡Música maestro!!!! ¡Mira que sol hace hoy!!! Ah, que está nublado, pues no pasa nada, también es mega-chulo-estupendo-maravilloso. ¡Es que no lo puedo expresar!!!!! Qué grande es la vida. Qué bonita. Que mágica. ¿Sientes eso? ¿No? Ojala pudieras. Al respirar me lleno de la pureza y la belleza de la existencia. Creo que voy a explotar de bienestar. Qué bien se está en esta piel, este cuerpo divino que me acompaña y que amo; a ver si me compro esa cremita de rosas para mimarlo un poco más. Tengo muchas cosas que hacer, pero sé que puedo con todo y más. Me sobra energía otra vez. Esta euforia es magnífica. Me ayuda a todo. Si estuviera así siempre podría ser y hacer cualquier cosa que me propusiese. Lo puedo todo. ¿Qué hay que hacer? ¡Eso ya está hecho! Lo hice después de trabajar, recoger la casa, ir a la imprenta, hablar dos horas por teléfono con mi madre, pasarme por el refugio de animales y defender mis derechos con el banquero. Estoy acelerada, pero productiva, rápida, centrada y concentrada. Me duele la cabeza, pero es de tanta alegría. ¿Hambre? No, me comí una manzana hace tres horas, luego ceno. ¿Mi pareja? La mejor persona con la que podría compartir mi vida. Le quiero, le amo, le admiro. No sé cómo hace dos semanas estaba pensando en dejarle. ¡Si estamos muy bien!

Otra vez tengo ganas de llorar; bueno, ya sabes, no son exactamente ganas de llorar, que también, son ganas de aniquilar a quien se me ponga por delante… ¡Maldición! ¡Me acaba de bajar la regla! Bueno, al menos me siento algo mejor. Que exagerada soy… ¡Alegría! ¡Música maestro!!!! ¡Mira que sol hace hoy!!!

¿Os suena esta historia? Pues es, más o menos, la historia cíclica que viven millones de mujeres, aproximadamente cada mes. El ciclo menstrual nos acompaña entre cuarenta y cincuenta años. Si, cuatro o cinco décadas en las que cíclicamente aparecen todas estas emociones y situaciones, y lo más asombroso es que muchas mujeres pasan años sin percatarse de lo que les sucede. Otras veces sí que se llegan a darse cuenta, pero carecen de las herramientas necesarias para gestionarlo.

En parte hay una responsabilidad social. No se enseña a las niñas a lo que tendrán que enfrentarse. En el mejor de los casos aprenden soluciones médicas siempre, o casi siempre, vinculadas a “curar” los malestares físicos. Pero rara vez a gestionar la intensa vorágine emocional que muchas veces se presenta.

Durante el ciclo menstrual se alternan periodos en los que las hormonas, soporte químico de las emociones, toman el mando. La realidad es percibida a través de filtros que pueden hacernos vivir el paraíso o el mismo infierno. Conocer qué pasa en nuestros cuerpos, cuándo y cómo se producen esas alternancias, qué significan, aprender algunas herramientas de gestión emocional, descubrir remedios naturales y ejercicios sencillos para aliviar las molestias físicas y muchas más cosas está ahora al alcance de nuestras posibilidades.

Las mujeres tenemos el derecho y la obligación de conocernos. Tenemos una gran responsabilidad con respecto a nosotras mismas. Y también con respecto a los demás, que no tienen la culpa de lo que nos pasa. Tenemos en nuestro cuerpo, en nuestro mismo organismo, una herramienta, unas posibilidades preciosas para explorarnos y descubrir el mundo y todo lo que contiene. Conocer el ciclo menstrual y sus implicaciones hace que nos respetemos más, que nos queramos más y que nos aceptemos mejor.

En estos años de estudio, escuchando a muchas mujeres y sus testimonios, observándome a mí misma, realizando talleres, investigando, etc., he aprendido y comprendido que el ciclo menstrual es una maldición y a la vez una bendición. En los talleres que se realizan periódicamente en NORAY TERAPIA FLORAL (Almería) y otros centros de Granada intento trasladar a las mujeres que participan que, el paso de vivir el ciclo como algo negativo y odioso a integrarlo en la propia vida como algo potencialmente positivo, es un hecho. La posibilidad de salir de esa ignorancia y falta de consideración por nosotras ha llegado. Vivir en paz con las personas que nos rodean es posible.

Los contenidos impartidos en los encuentros de mujeres abarcan desde la misma biología pasando por antropología, la ecología, higiene, mística, etc., y otros temas que dejan a las participantes impresionadas, ilusionas y dispuestas a trabajar para conocerse mejor.

A continuación os dejo información sobre libros, vídeos, artículos, etc., que os pueden ser útiles para iniciar vuestro camino de aceptación, comprensión y evolución. También comparto un diagrama que realicé para los apuntes de uno de los talleres. En él se puede ver de forma sencilla la relación entre hormonas y emociones, y el nombre de las fases.

Ya seas mujer u hombre espero que este escrito te haya sido interesante y esclarecedor.

BIBLIOGRAFÍA, FUENTES Y LECTURAS RECOMENDADAS:

– Dra. Christiane Northrup: Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer. Urano.

– Ruth Trickey y Kazcooke: Mujeres. Ediciones B Grupo Z.

– Miranda Gray: Luna roja. Ediciones Gaia.

– Alison Harvey: Manipulación Visceral. Editorial Edaf.

– Mantak Chia y Maneewan Chia: Cultivando la energía sexual femenina. Editorial Mirach, SL.

– Diversas fuentes de Internet: PiKara Magazine, El dedo en la llaga…

– Documental: La luna en ti, de Diana Fabianova (lo podéis ver en la web de Vimeo).

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