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Una sola palabra puede ser suficiente para detener un desencuentro o una discusión, siempre y cuando haya sido pactada con anterioridad.
La palabra de seguridad es un recurso de gran utilidad y eficacia en las relaciones dentro de un sistema, sea de pareja, familiar, laboral, de ocio o de amistad. Aplicarla es sencillo y basta con la buena voluntad de las personas para que funcione y evite muchos malos rollos.
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